Vida de microempresario

Lunes por la mañana y tengo la sensación de que no he tenido finde. Este fin de semana lo he dedicado a dejar instalado un equipo con su software correspondientes para un nuevo chico que va a trabajar en nuestra oficina esta semana. Yo no soy de mucho salir, pero a veces, esta vida que hemos elegido de mini-micro-empresarios esclaviza bastante. Si no es el trabajo que viene de fuera es el trabajo que te da la propia empresa.

No me quejo, en realidad. Somos cinco tunantes en lo que se podría decir que es un garaje (con aspecto de oficina, eso sí) intentando sacar adelante un negocio. Todavía estamos, como quien dice, viéndolas venir, con calma, pero las cosas se aceleran y tienes que absorber una mayor cantidad de información, cada vez más gente te pregunta y te manda cosas, y tienes que atender por igual a lo que te viene. Pero esto no es una tienda donde el que llega tiene que esperar a que le toque el turno. Aquí la gente no espera, y si no atiendes de inmediato te quedas sin cliente. Y los clientes que consigues a veces son un sin vivir. A veces todo es un poco puñetero y tienes tentaciones de mandarlo al carajo, pero hay que continuar adelante.

Hay que continuar, a veces fastidiándose un poco y a veces no tanto. Me quedo con la satisfacción del trabajo y con la esperanza de que el mañana será un poco mejor, pero bueno, esta es la vida que hemos elegido, y uno tiene que responsabilizarse de sus actos y sus consecuencias. Un poco existencialista me he puesto hoy, pero ya tocaba. A veces recuerdas lo que eran los años mozos y te gustaría volver, aunque no para todo, claro. Sin embargo, ahora mismo lo que voy a hacer es ponerme a currar, señores, que ya toca.


  1. La vida de los pequeños empresarios no debe ser fácil no. Son los que más curran, los que menos derechos tienen y los primeros que sufren la crisis.
    Yo tengo dos amigas que acaban de cerrar su negocio, que habían puesto con toda la ilusión y que currarron hasta la saciedad, haciendo desde cuentacuentos, talleres de maquillaje… montones de cosas para atraer clientela a su negocio de ropa y juguetes de madera didácticos para niños, todo a un precio más que asequible, porque lo más caro era una preciosa casa de muñecas por 65 euros, y la más barata que encuentras por ahí es de 150.
    Pero llegó la «ligera recesión», y la gente ya no compra juguetes, y Carrefour tiene la ropa baratísima.
    Así que la tienda más bonita del mundo, el paraíso de los niños y mayores, cerró.
    Que te vaya bien el negocio, recuerda que «el cliente siempre tiene razón» ( yo trabajé cara al público, ¡y hay cada espécimen!) y suerte en esta vida.
    Ya me preguntaba yo dónde estabas.

  2. Nosotros también hemos tenido algún que otro encontronazo con las crisis, pero bueno, de momento no se puede decir que nos vaya mal, estamos teniendo que ampliar un poco la base de negocio y de momento los clientes llegan, aunque eso sí, con cuentagotas, no es nada espectacular, pero no podemos decir que de momento tengamos una supercrisis. Pero bueno, sabemos que si las cosas siguen por el mismo camino llegará un momento de recesión, y los que lo notamos de primeras somos la microempresa y los trabajadores. Primero porque la mayoría de las empresas de este país son de menos de 10 empleados, y segundo porque si estas cierran, cientos o miles de personas se quedan en la calle. No tenemos ventajas de ningún tipo, no se nos ayuda a crecer y sanearnos y eso genera que en momentos como este muchas se tengan que ir a pique. Espero que no nos pase. Yo ya he pasado mis momentos chungos y sé cuál es el tema, así que bueno, capearemos el temporal cuando llegue.

    Ya había hecho referencia a lo que hacía en otros posts, pero muy de pasada. Me dedico al desarrollo de software a medida, y este mercado ha estado siempre en crisis, porque el software tiene una particularidad muy hiriente, y es que cualquiera puede aprender a manejarse con el cacharrico y hacerse sus propios programas, y por extensión, hacérselos a otros, con lo cual hay una competencia desleal del copón en nuestro entorno. Cantidad de gente «sin papeles» (me refiero, claro está, a los que ni están dados de alta en ningún sitio, ni trabajan para otras empresas, etc… ) que nos quitan trabajo porque lo hacen tirado o gratis, y la gente se piensa que hacer software es facilísimo y baratísimo. Esto pasa en todos los negocios, claro, alguien siempre se inventa la forma de saltárselo todo y hacer lo mismo en peores condiciones (para los que vamos de legales, claro). Pero bueno, cuando vas cogiendo un nombre consigues hacerte un hueco y unos clientes, que como todo es difícil de conseguir, pero no imposible.

    Las tiendas de calle lo tienen más complicado porque mientras que nosotros nos movemos por Internet, cuando tienes una tienda la gente tiene que verte, apreciar lo que tienes dentro del escaparate, pararse a mirarlo… Bueno, en las tiendas por Internet pasa lo mismo, sólo que nosotros no tenemos tienda, si no que vamos de tu a tu con el cliente. Y sí, a veces hay que aguantar lo que no está escrito, pero bueno, es el pan nuestro de cada día. A veces logras reconducirlo y de P.M., pero a veces no puedes hacer otra cosa que ceder, con la jodienda que eso pueda suponer.