Posts Tagged ‘democracia’

Internautas y gaseosa » El Blog de Enrique Dans.

Un tazón de realidad de parte de Enrique Dans. Y tiene toda la razón: aún no ha terminado todo esto. Que no quede en el olvido como quieren hacer con todo, crisis incluida. En nuestras manos queda.

Actualización: pregunta de Público y respuesta del parlamentario europeo por el Partido Pirata Christian Engström:

¿Logrará alguna ley acabar con las descargas de contenido con copyright?

Es imposible, son imparables aunque cierren internet. Una memoria de un terabyte (1024 gigabytes) puede costar hoy en día 100 euros. Siempre quedará la venta en cualquier esquina, alguien que le pase una película a un amigo para copiarla. Si las compañías de discos no pueden sobrevivir en una sociedad en la que cualquiera puede copiar cualquier cosa, no pueden sobrevivir. No hay nadie que pueda hacer nada contra eso.

Más claro el agua: o eliminamos, no Internet, sino la tecnología informática entera (volviendo a como estábamos antes de 1950), o esta gente no parará nunca (o mueren antes ellos, claro).

(Me uno a este manifiesto personal de Enrique Dans (básicamente porque estoy plenamente de acuerdo con él) y que como está ocurriendo en cientos de blogs, se está duplicando incesantemente en la blogosfera. Si haciendo ruido es la manera de que se nos tenga mínimamente en cuenta, que así sea).

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Actualización: artículo legal sobre el entuerto en si mismo:

http://www.contencioso.es/?p=3575

Demoliendo la democracia

He mencionado en varias ocasiones mi pesimista visión de la democracia moderna, tal y como es entendida hoy en día y practicada en nuestro entorno. Ya no decir en el tercer mundo, claro. Aquí, en la España de Dios, el PSOE sigue torpedeando la democracia por la vía del secretismo y la mala baba, como bien indica Enrique Dans en su blog. Esto es sólo un caso más. Poco a poco, van eliminando derechos y convirtiendo cosas en derechos cuando no lo son (aborto), y sumiéndonos en la oscuridad de una dictadura encubierta de buenas maneras.

No puedo ser optimista. Siendo como somos meros sacos de votos para la élite política burguesa, siendo que los políticos ya no hacen política sino mera economía democrática. El pasteleo de votos es sin duda una lacra tan grande como la crisis, porque de hecho son en gran parte causante de esta, entre otras cosas. Porque mientras se produce ese pasteleo, no ejercen su trabajo de comandar el país, sino que lo único que practican es un juego insidioso y extraño, un juego de amasamiento ideológico que les permite seguir manteniendo su status indefinidamente. ¿Pero saben qué? Que esto ya pasó hace un siglo, con la consecuencia de dos guerras mundiales y el alzamientos de sistemas fascistas por todo el planeta. La auto-contemplación de nuestros dirigentes se transfigura en lo que ocurre en el mundo. Y sinceramente, lo que ocurre en el mundo no mola nada. Pero nada.

Lo de SITEL es un caso particular que, no por menos secreto es menos importante. Es más, saben que si hacen público que existe un sistema como este, darán lugar a críticas, por supuesto, pero los ciudadanos en general lo verán como algo lógico. Si lo mantienen en secreto y luego alguien tira de la manta, las consecuencias serían mucho peores. Por eso, ni siquiera los sistemas secretos de captación de las comunicaciones (cuya inviolabilidad está protegida por esta Constitución de chichinabo que votamos hace 30 años) son realmente secretos, porque su secretismo sería más peligroso para su economía de votos que su publicidad. Recordemos a Benjamin Franklin: «Aquellos que pueden dejar la libertad esencial por obtener un poco de seguridad temporal, no merecen, ni libertad, ni seguridad».

Hoy, hasta 12 periódicos sitos en Cataluña se han puesto de acuerdo para hacer el mismo editorial. Esto, que es poco común entre medios que compiten entre si, tiene una serie de lecturas a día de hoy, cuanto menos, ominosas. Que tantos medios se hayan puesto de acuerdo hoy para hablar de lo mismo (es decir, que no les quiten lo bailao), siendo medios que habitualmente discrepan entre si, llama bastante la atención. Y además, para presionar nada menos que al Tribunal Constitucional. Esto tiene interpretaciones de muy diversos tipos:

  • Políticas: de nuevo, los medios, como la Iglesia, se cree en el derecho de meterse en el debate político (el famoso «cuarto poder»). Siendo la libertad de expresión algo sagrado en democracia, eso no significa que cualquiera pueda llegar y decir, por el procedimiento de «esta boca es mía» a un órgano soberano como es el TC: «oye, que a ver que haces, que como te pongas en contra nuestra te la vamos a liar parda», básicamente. Que eso lo digan los políticos catalanistas, lo puedo entender, porque forma parte del discurso partidista. Ahora, que un medio de comunicación se empeñe en meterse en política (aunque lo hacen habitualmente), es cuanto menos discutible, y por mucha libertad de expresión que se pueda alegar, la ética periodística (juas) exige ciertos límites en el ejercicio de esa libertad de expresión.
  • Informativas: la función de un medio de comunicación es informar y en su caso, opinar. Pero cuando se sobrepasa esta función, cuando se intenta influir en un órgano constitucional y soberano como el TC para que se incline de una forma o de otra, cuando se habla más allá de «respetemos las decisiones del tribunal», se está entrando en un terreno resbaladizo y cuestionable. Pero si lo es para un político, aún más para un medio de comunicación. Sólo hay que leer el editorial de La Vanguardia para percatarse de esto que estoy diciendo. Se sobrepasa con creces la información o la opinión, que sería en este caso, para entrar en alegaciones y en enmiendas a la totalidad que nos les corresponde hacer. Además, se pone en entredicho de forma expresa que el TC sea capaz de dar una resolución contraria razonada y adecuada a Derecho. Sólo parece haber una posibilidad, que es una resolución a favor, coartando de esta manera la libertad de este tribunal para decidir si realmente una norma es constitucional o no. No, señores de La Vanguardia, esto si no que tiene parangón en democracia. Un Estatuto regional es una ley como cualquier otra, sujeta a Derecho y a la Constitución. Si tiene algún apartado inconstitucional, este deberá ser eliminado o modificado, les guste o no. ¿O es qué tal vez están más cómodos sin fundamentos constitucionales? ¿Es qué tal vez vez nos están diciendo están por encima de la Constitución? ¿Están ustedes a gusto siendo aconstitucionales? Tal vez sea eso.
  • Jurídicas: el TC es un tribunal del más alto rango, junto con el Supremo, y tiene unas funciones muy definidas: investigar y decidir sobre si una norma estatal (y un Estatuto autonómico lo es) es adecuado al Derecho constitucional o no. Cualquiera puede, obviamente, opinar sobre si la decisión le parece más o menos correcta, faltaría más, pero NUNCA se puede poner en duda la decisión. Nos puede gustar o no. La podemos recurrir o no. Podemos considerar que es correcta jurídicamente o no, pero nunca negar la plana a un tribunal. Por eso existe la separación de poderes y por eso, a pesar de la libertad de expresión, debemos acatar y obedecer las órdenes de los tribunales. Si no, esto sería un caos. Viviríamos en la anarquía. Algunos lo mismo se sienten cómodos con esa idea, pero la mayoría no. Los ciudadanos quieren normas que rijan la vida en común y les den seguridad jurídica. Si no respetamos las decisiones de los tribunales, ¿qué será lo próximo? No podemos ser tan alegres «prejuzgando» a un tribunal porque su decisión pueda gustarnos o no. Y si no te gusta lo que hay, mira, dilo, presenta tu verdadera cara y deja que los demás veamos que no eres un demócrata, que tus objetivos son inconstitucionales y que no aceptas las reglas de juego, como hacen los terroristas.

Como puede verse, no he hablado conscientemente sobre qué decisión me gustaría a mi. Mi opinión ha versado sobre lo irreal y estúpido que resulta este «agrupamiento» de periódicos alrededor de lo que claramente es una forma de los políticos catalanistas e independentistas de actuar públicamente de forma indirecta para influir en las decisiones del TC. Porque si no, no tiene el más mínimo sentido que diarios como La Vanguardia o El Periódico de Cataluña, muy respetados en el resto de España, se hayan dispuesto a semejante burla al sistema democrático. Porque si ya empezamos por faltarle el respeto a las alta instituciones, mal rayo nos parta en este país cada vez más echado por tierra. Jodidos vamos.

Los mediocres

Leyendo este artículo, uno se hace las preguntas de costumbre y además avanza otras de igual o mayor calibre, sobre que es España en estos momentos y a donde va. Aunque para eso, tenemos que recordar también de donde venimos, y el asunto pinta funesto de narices. Porque hoy por hoy, lo lamento, no podemos dictar otra sentencia que esta: vivimos en el país de los mediocres. Se vota a los mediocres, nos divertimos con mediocres, valoramos a los insurrectos. Preferimos una Belén Esteban a cualquier otra cosa, y, en serio… ¿Esto no le preocupa a nadie?

Este blog trata en un gran porcentaje de sus artículos de política. Aunque intento hablar de una variedad de cosas, al final es que termina uno impulsado a hablar de lo mismo por obligación. Ya no es que estemos gobernados por mediocres (empezando por Zapatero, al que ya se teme por la futura presidencia española de la UE porque no le ven como gran estadista precisamente, y siguiendo por sus ministros, que además de estar todos mal posicionados muchos ni siquiera tienen puñetera idea de lo que va lo suyo, si no directamente no deberían ni de estar ahí -vease a la señora González-Sinde), sino que los supuestos sucesores, esa oposición corrupta y chapucera, son exactamente igual de mediocres (si no más), porque… Digame alguno de ustedes que ve suficientemente preparado para gobernar a Rajoy. Si estudiamos a los antiguos líderes de los grandes partidos, vemos que hay diferencias fundamentales con los actuales: Felipe González se educó en la clandestinidad y fue víctima de su tiempo y circunstancias; se curtió a base de ostias y de promover una unidad de partido que el PSOE no ha vuelto a ver desde que perdieron las elecciones del 96. Y Aznar por su lado se curtió como presidente de comunidad y como parlamentario durante años antes de aspirar a nada en el PP. Los dos se convirtieron en políticos que todos más o menos (podemos estar de acuerdo con ellos o no) podemos considerar como «importantes», en el panorama nacional e incluso internacional (aunque Aznar hizo bastante el ridículo queriendo hacerse amigo de Bush y Blair, la verdad). Así las cosas, si estudiamos a los dos que se supone son «presidenciables» actualmente, vemos que son unos mediocres que como mucho han sido diputados y no han tenido que enfrentarse a retos históricos de relevancia que les haya puesto a prueba, hasta ahora, claro. Uno, por la crisis mundial, que está demostrando ser incapaz de controlar y sanear de ninguna manera, y el otro porque ni siquiera es capaz de controlar lo que pasa en su propio partido, incapacitado como está para castigar a los que están destruyendo la buena imagen del partido.

Porque si de corruptelas hablamos, lo grave es que los votantes del PP mirarán esto de Gürtel como una cosa natural. Muy pocos se escandalizan y deciden no votar a un partido corrupto o cuyos miembros son corruptos. La derecha, en general, siempre ha sido tolerante con los desfases de sus líderes, porque lo consideran como parte de ser político. Es más complejo en el caso de la izquierda, menos proclive a permitir estos desmanes en sus filas. Lamentablemente esto hace buena la estrategia de Rajoy y sus acólitos: a pesar de la corrupción, ganaremos elecciones, porque los nuestros nos seguirán votando, y los otros dejarán de votar a los contrarios, con lo que entre pitos y flautas, el pastel está servido.

¿Y no será que nosotros somos los mediocres, por permitir que pase esto? ¿No seremos una caricatura de ciudadanos, que dejamos que otras caricaturas dirijan esta caricatura de país? Me da a mi que va a ser esto, porque otra explicación no hay. No dan la posibilidad (por decirlo de alguna forma, que ya sabemos que no es realmente así) de elegir a los gobernantes, ¿y elegimos a estos degenerados? Tenemos que ser realmente idiotas, porque si no otra explicación no le encuentro. Y sí, hablo en general, y ya sé que generalizar no es bueno, pero es que el problema proviene de muchos a la vez. Tal vez yo no, ni usted, ni el otro que pueda estar leyendo esto, pero sí millones de idiotas y perezosos españoles a los que les da igual 8 que 80. Pero esto no es de ahora: llevamos 30 años haciendo el idiota. Nos colaron una constitución adaptada a sus intereses particulares y partidistas, y a partir de ahí, todo ha ido de mal en peor. La sociedad se durmió y aburguesó con el franquismo y ahora heredamos todas las incongruencias de vivir en democracia y no disfrutar de ella. Asi que antes de preguntarnos porque nos gobiernan estos mediocres, tal vez deberíamos preguntarnos si no somos nosotros los mediocres que se lo estamos permitiendo.

Otro golpe más de la democracia

pujolLos recovecos de la historia son infinitos:

Jordi Pujol desvela que Enrique Múgica le propuso en 1980 sustituir a Adolfo Suárez por un militar.

Esto es lo que dice Pujol en su biografía. Yo no tengo porque pensar que no dice la verdad, aunque claro está cada uno es libre de despachar su parecer caiga quien caiga. De ser cierto, hemos tenido una izquierda socialista mucho menos moderada de lo que podríamos pensar en un vistazo ligero. ¿O tal vez eran las necesidades del momento? Es difícil de saber. Lo que es cierto es que había mucha gente incómoda en ese momento. En realidad todos eran incómodos para todos. Y está claro que la idea de democracia en aquel entonces era poco menos que un barrunto sin capacidad de consolidación.

Siendo sincero, me sorprende poco. Claro que estas cosas mandan al garete la imagen de unos cuantos, establecidas sobre la supuesta lucha democrática. De los que venían del antiguo régimen no sorprende, pero ¿y los otros? ¿Qué excusa tenían? ¿Simplemente la ansía de consecución de poder? Recordemos que gracias a la famosa «transición» que hicieron estos pillos tenemos la «democracia» de hoy día. Si andaban con estas cosas entonces, ¿qué podemos esperar hoy día de ellos y de lo que nos han legado? Poca cosa, a mi entender.

Cambiar EL sistema

Hace unos días comentábamos en este post la necesidad de cambiar el sistema. Sí, diréis casi todos, vaya ideas tiene este, como para hacerlo de hoy para mañana. Cambiar el sistema, nada menos. No, obviamente no estoy tan trastornado como para pensar semejante cosa, que no se asuste nadie. Pero lo que resulta cada día más evidente es que fallan tantas cosas hoy por hoy que no puede mantenerse algo como esto durante mucho tiempo. Y hablo de muchas cosas diferentes, pero en lo que me gustaría concentrarme en todo caso es en la política.

Como ya hemos dicho aquí muchas veces, no vivimos en una democracia real. Es más, nos han quitado las ganas de vivir en ella. La población vive en una auto-complacencia tan plena y tan raquítica a la vez que no presta atención a algo que tan duramente ha sido de conseguir: la libertad de decidir nuestros destinos. Pero decidir nuestro destino no consiste sólo en lo que vamos a comer o donde vamos a ir de vacaciones, sino también son nuestros derechos civiles, que nos han ido quitando poco a poco sin darnos cuenta (la mayoría).

Uno de esos derechos es la capacidad de decidir el futuro del lugar donde vivimos, ya sea nuestra localidad, provincia, región o país. Nos hacen creer que cada cuatro años decidimos como queremos las cosas, pero cada día más la gente se da cuenta de que no es así, que no decidimos nada, que sólo votamos a unos señores por lo bien que nos caen y que luego ellos hacen lo que les da la gana. Esto está consiguiendo que la desgana y el desanimo campen a sus anchas en nuestro panorama político y social.

Y no sé ustedes, pero el que firma está hasta los guichis de todo ya. Son nuestras vidas lo que nos jugamos, aunque no nos demos cuenta de ello. Cada decisión que toma un político, por el motivo o interés que sea, nos afecta tanto como la comida que comemos o el aire que respiramos. Pero bien se han encargado ellos de que no le demos importancia, haciendo nuestras vidas cada día más lamentables. Y pienso yo que en algún momento hay que demostrarles que las cosas no funcionan así.

Debemos realizar un ejercicio de democracia real, popular, participativa y universal, donde realmente decidamos por las cosas que nos incumben, que importan para nuestro desarrollo y del lugar donde vivimos. Porque si dejamos que nos sigan quitando poder y derechos, vamos a terminar en una sociedad donde seremos esclavos de los intereses de los más poderosos. De hecho ya nos estamos encaminando a esa sociedad «perfecta para ellos», y que nos dejará maltrechos y sin los triunfos adquiridos a lo largo de los siglos XIX y XX. Es por esto que necesitamos, sin duda alguna, manifestar que seguimos teniendo esa capacidad de decisión, y que estamos dispuestos a manifestarla, les parezca bien o mal. Tal vez no podamos decidir nada, pero al menos les haremos llegar el mensaje de que nos somos idiotas (en el más puro sentido político griego de la expresión), de que somos suficientemente maduros para tomar las decisiones del país y que podemos lograrlo.

Para ello, estamos montando (todavía de forma incipiente) una plataforma online de democracia directa, donde podremos decidir sobre los asuntos importantes que nos incumben a todos. Un lugar donde podamos realmente «hablar» sobre política y tomar decisiones sobre nuestro futuro. Claro que no será vinculante, pero dirá a los señores que dirigen nuestros destinos (porque insisto, no somos nosotros) que estamos dispuestos a hablar alto y claro, ya que ellos no nos quieren oír. No se trata de dar simplemente una opinión (que se podrá), sino decidir por uno mismo la dirección que se quiere seguir en cualquier tema relevante de nuestra sociedad.

Por ello hago un llamamiento a aquellos que puedan estar interesados para que dejéis un mensaje en este post. También podéis escribirme a lainmlh ARROBA gmail PUNTO com para poneros en contacto directo, y os indicaré los pasos que estamos dando para que en el caso de que esteis interesados, podáis uniros al proyecto.

A ver, sé que la gente no está por la labor de participar, esa es una de las consecuencias del mundo que nos están legando nuestros líderes, pero si por asomo queréis realmente aportar un granito de arena en que la cosa cambie, os pido que os pongáis en contacto y colaboréis. El proyecto será abierto (software libre) y totalmente transparente, como no puede ser de otra forma. Os esperamos, con vuestras ideas y colaboraciones, para poder desarrollar un proyecto ambicioso como es este. Tal vez consigamos un poquito de fuerza, por lo menos para que sepan que no vamos a rendirnos sin oponer resistencia.

Cambiar de sistema

Bueno, mis críticas a la democracia han sido diversas en este blog, así que no voy a abundar mucho más en ello, ya que hay artículos y comentarios suficientes para el debate. La democracia, tal y como existe hoy en día, es una entelequia que de poco vale, ya que no cumple su definición básica: forma de gobierno en la que el pueblo tiene la soberanía.

Leyendo una viñeta de Mafalda, me ha sobrevenido la necesidad de escribir este post. En ella, la niña lee la definición de democracia en el diccionario, y se pasa el resto de la viñeta riéndose a carcajada limpia, sin más diálogos. Más allá del evidente desafío intelectual que supone la creación de Quino, me ha hecho pensar en que efectivamente, no vivimos en democracia. Si viviéramos en democracia, los ciudadanos no sólo pintaríamos algo sino que además existirían medios y formas de permitirnos una participación directa en los asuntos de estado. Leyes tan importantes como la del aborto o la de educación, por ejemplo, tendrían que pasar por un plebiscito que exigiera un mínimo para ser aprobado, y que la votación de los ciudadanos fuera determinante. Eso lo hacen en muchos países de nuestro entorno (aunque con mucha mayor vocación democrática que la nuestra, y más antigua), y no pasa nada, todo funciona bien y no viene ningún lobo a comerse a nadie.

Pero no interesa. Simplemente no interesa. Y nosotros, como no decimos ni esta boca es mía, pues tragamos carros y carretas inmisericordemente, dejándonos dar por saco por no decir otra cosa una y otra vez. Se nos ponen excusas insulsas, como que habría «fatiga democrática» por tener que ir a votar (o sea, una forma de llamarnos idiotas a la cara sin que nosotros respondamos de ninguna forma). No tenemos ni la mínima vergüenza de exigir más poder, el que nos corresponde por estar en democracia. Pero no estamos, por eso no tenemos derecho a exigir nada. Perdimos nuestra oportunidad en 1978, cuando votamos una Constitución que sí, nos daba muchos derechos aparentes, pero nos quitaba totalmente la soberanía para dársela a los partidos. Son ellos los que mandan, no nosotros. A nosotros nos hacen creer cada cuatro años que decidimos algo eligiéndolos a ellos, pero nada más lejos de la verdad. En ese sentido me da vergüenza ajena lo risibles que somos.

Sigamos así. Nos va a ir de PM. Y ya no sólo con esto, sino dejando que ZP y compañía sigan dándonos por saco una y otra vez con su política-ficción. Sigamos así. Viva España.